viernes, 31 de enero de 2014

NANDINA domestica...

Hola amigos


Hace ya más de un mes que no actualizo el blog y la verdad es que se me acaban las excusas. Este invierno está siendo especialmente desapacible en el norte de Gran Canaria, lloviendo casi todos los días, por lo que apenas salgo al jardín. En fín, ésta es una de esas entradas que tenía a medio hacer desde el pasado mes de diciembre y por fin me he propuesto acabarla.

En una visita a un vivero, a mediados de noviembre, me encontré con un curioso ejemplar de alrededor de 75 cmts de altura y llamativos colores. El vendedor me explicó que era habitual su uso como bonsai en Sudamérica y que tenía un comportamiento similar a los acer  palmatum. Además estaba a buen precio (7,5€) por lo que me lo traje a casa, junto con un bonito ejemplar de Chamaecyparis, que ya presentaré en otra próxima entrada, que ya estoy preparando. 

El árbol en cuestión era una Nandina domestica o Bambú sagrado. Es originario de Japón y es un arbusto perennifolio o semiperennifolio con una altura nunca mayor a 2 mts y una cosa que la hace interesante es su fácil mantenimiento. Tiene tallos parecidos al bambú, aunque no pertenece a la misma familia. Tiene un desarrollo de comportamiento redondeado y compacto. Tolera muy bien la poda, incluso la drástica, brotando muy bien, incluso de madera vieja. Es una planta de crecimiento lento y no resiste el alambrado, por lo que la forma se debe dar mediante podas sucesivas.

Posee numerosos tallos que crecen desde la base, cubiertos de hojas lanceoladas, de maravillosos colores brillantes que va cambiando a lo largo del año y que pasan del verde suave durante la primavera a un rosa intenso en otoño y se van tornando rojo escarlata en invierno. En verano se llena de unas flores blancas de 5 mm de diámetro agrupadas en inflorescencias. Las flores de las Nandinas son meliferas, y su bayas son un foco de atracción para petirrojos y arrendajos. Tiene unos llamativos frutos rojos globosos y tóxicos en otoño, que permanecen hasta primavera.


 Ficha de la nandina doméstica


Necesita lugares con abundante luz, suelos fértiles y bien drenados, evitando encharcar la tierra. Se le considera un arbusto de terreno ácido pero en realidad se adapta a todo tipo de suelos e incluso exposiciones, aunque la coloración otoñal es más intensa cultivada al sol. Resistente a las plagas, hay que regarla frecuentemente en primavera y verano y aunque es resistente a la sequía y al calor, no tolera el aire caliente ni el sol fuerte directo, por lo que en verano se deberá colocar en semisombra, necesitando incluso un pulverizado frecuente los días más fuertes. 

En principio y con alguna precaución, parece que se puede adaptar a mi jardín...

Este es el plantón que compré...



Lógicamente, al llegar a casa lo trasplanté a una maceta mayor, cambiándole el substrato por mi mezcla habitual de picón y tierra vegetal...



En la foto no se aprecia bien, pero tiene dos troncos bien diferenciados. Así estaba esta mañana, después de otra noche de lluvia. Como se ve, destacan sus colores de invierno...





No tenía claro si hacerle una poda radical, reduciéndole drásticamente la altura ó si por el contrario debería dejarlo crecer y brotar, dándole  apariencia de bosque multitronco. Es un arbusto que si bien por estas latitudes no suele cultivarse como bonsai, es un habitual en libros y webs de bonsai. Existen muchas fotografías en la red. De momento, he elegido ésta como modelo. Veremos si logro algo parecido...


P.D: Como decía al inicio de este post, tengo el blog algo descuidado pero tengo pendientes algunas entradas con los nuevos inquilinos que llegaron a casa en las pasadas fiestas. Además del mencionado Chamaecyparis, me llegó en forma de regalo una Serissa phoetida y dos bonitos shohin de Cotoneaster y Pyracantha. Espero poder colgar en breve las respectivas entradas.

Saludos